martes, 11 de diciembre de 2012

Corona en honor al Ángel de la Guarda. (en la voz del Padre Wilman Fernández)

Señal de la Cruz.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro.
En el nombre, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Invocación.
Santos Ángeles, Arcángeles, Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades, Virtudes celestiales, Querubines, Serafines, Patriarcas, Profetas, Santos doctores de la ley, Apóstoles, Todos los Mártires de Cristo, Santos Confesores, Vírgenes del Señor, Anacoretas y todos los Santos, interceded por mi y por todos nosotros. Todos los Santos y Santas del Señor, interceded por nosotros.

Oración.
Ángel de mi guarda, mi dulce compañía, no me desampares, ni de noche, ni de día.
Si me dejas solo me perdería, entonces dulce Ángel, intercede siempre a Dios, como lo hacen José y María. Amén.

Primer Honor.
Ángel de mi guarda, se mi fiel protector.
Ángel de mi guarda, mi dulce compañía.
No me desampares, ni de noche, ni de día.
 (Se dice y se contesta 3 veces)
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Segundo Honor.
Ángel de mi guarda, se mi consejero en las decisiones que deba tomar.
Ángel de mi guarda, mi dulce compañía.
No me desampares, ni de noche, ni de día.
 (Se dice y se contesta 3 veces)
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Tercer Honor.
Ángel de mi guarda, se mi fiel guía en el camino.
Ángel de mi guarda, mi dulce compañía.
No me desampares, ni de noche, ni de día.
 (Se dice y se contesta 3 veces)
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Cuarto Honor.
Ángel de mi guarda, se mi amigo y el de mis hijos.
Ángel de mi guarda, mi dulce compañía.
No me desampares, ni de noche, ni de día.
 (Se dice y se contesta 3 veces)
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Quinto Honor.
Ángel de mi guarda, se mi guardián en los momentos de peligro.
Ángel de mi guarda, mi dulce compañía.
No me desampares, ni de noche, ni de día.
(Se dice y se contesta 3 veces)
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Sexto Honor.
Ángel de mi guarda, convoca a los Querubines y Serafines para que siempre me rodee de buena gente cristiana.
Ángel de mi guarda, mi dulce compañía.
No me desampares, ni de noche, ni de día.
(Se dice y se contesta 3 veces)
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Séptimo Honor.
Ángel de mi guarda, se mi acompañante en las luchas y las victorias.
Ángel de mi guarda, mi dulce compañía.
No me desampares, ni de noche, ni de día.
(Se dice y se contesta 3 veces)
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Octavo Honor.
Ángel de mi guarda, se fiel y constante intercesor ante mi Padre Dios.
Ángel de mi guarda, mi dulce compañía.
No me desampares, ni de noche, ni de día.
(Se dice y se contesta 3 veces)
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Noveno Honor.
Ángel de mi guarda, acompáñame en mi camino de la fe, para que nunca me desvíe.
Ángel de mi guarda, mi dulce compañía.
No me desampares, ni de noche, ni de día.
(Se dice y se contesta 3 veces)
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salve.
Dios te salve, Reina y Madre, Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra.
Dios te salve, a ti clamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. ¡Eah pues Señora!, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre, ¡Oh Clemente!, ¡Oh Piadosa!, ¡Oh dulce Virgen María!, ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Recibo de Dios, Oh Ángel de la Guarda, tu santa compañía, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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